Conéctate con nosotros

Hola que estas buscando

VINO

Alejandro Vigil: “No busco la perfección en un vino, sino el origen”

Alejandro Vigil- foto: Planeta Urbano

Alejandro, o “Ale” como lo llaman los amigos, lo ha logrado todo: ha conseguido dos veces un 100 puntos Robert Parker y ha sido elegido el mejor de Argentina y Sudamérica por grandes críticos del vino. Su forma irreverente de hacer vino lo han llevado a alcanzar gran prestigio. El secreto. Mantener ese espíritu despreocupado de quien hace vino por el puro placer de compartirlo, saber escuchar siempre lo que su corazón, su creatividad y, sobre todo, la tierra le dictan.


El Enemigo

Alejandro es director enológico de una de las bodegas de más prestigio en Argentina como lo es Catena Zapata, y con ella ha sacudido el entorno vitivinícola mundial, pero su espíritu creativo lo llevó a sacar adelante su propio proyecto. Junto con Adrianna Catena, hija de Ernesto Catena, crearon El Enemigo, donde se elabora la línea de vinos Gran Enemigo y El Enemigo.

Al final del viaje, recordamos solo una batalla, la que luchamos contra nosotros mismos, el enemigo original. El que nos definió. “El mayor enemigo que tenemos las personas, somos nosotros mismos”. Bajo esta idea Alejandro y Adrianna se inspiraron para elaborar vinos que hablaran por sí mismos bajo una profunda inspiración en el arte y la naturaleza. Esta es la esencia de El Enemigo, por eso en su logotipo muestra la lucha de un hombre y un dragón como representación de lo que hacemos todos cada día: luchar contra nosotros mismos, contra nuestros miedos y frustraciones, para tratar de alcanzar nuestros objetivos.


Casa El Enemigo Vigil

Alejandro es amante de la música, la historia, el arte y la literatura. Se mudó a Chachingo (Maipú) para mantener la vida de campo que lo vio crecer y desde donde hace vino junto a su esposa y sus dos hijos. Desde ahí recibe a cientos de turistas que buscan vivir la experiencia “El Enemigo”, una muy casera, por cierto, pues Ale vive junto a la bodega y donde, además, está el restaurante Casa Vigil.

Vigil, como buen amante de la literatura, recreó la Divina Comedia de Dante Aligheri en su finca. Al predio lo llama Casa El Enemigo Vigil. Un lugar entrañable. Acá se busca rescatar recetas de la familia, de los abuelos, – de donde provienen la mayoría de los recuerdos de Vigil-, utilizar los productos locales, los de la propia huerta orgánica, y trabajar con los vecinos de la zona. Se consume carne de vacas de pastura, corderos de La Patagonia criados de la misma manera, trucha de criaderos que provienen de agua corriente de un río o un arroyo. Lo que predomina es el estilo casero, el manejo sostenible de los productos y lo que nos transporta a aquello que no pasa.

En los vinos, la propuesta es libre, igual que con la comida. Nada de menús degustación ni maridajes establecidos. “Te proponemos una serie de vinos y dejamos que elijas con qué seguir cada uno de los pasos, una experiencia descontracturada que sigue el concepto del Enemigo de salir de la zona de confort”. Cuenta Ale. “Por ejemplo, la carne la tomaría con blancos pesados y siempre me la sirvieron con un tinto. Bueno, entonces, nosotros te damos la posibilidad de elegir los vinos que te gustan con lo que quieras. Para mí la sofisticación está en las cosas simples y en los vinos, es lo mismo”.

“No hay que ir detrás de una moda, sino detrás de un lugar”, repite Ale. Y es que más allá de los puntajes y reconocimientos queda el amigo con quien compartimos el amor por la historia y la comida saludable, además del vino por supuesto. Se reveló honesto como lo que hace y tan sencillo, y simple como se ve. Se reconoce un convencido de que para ser protagonista debe desaparecer y dejar paso a sus creaciones.

“Yo nunca pude separar el comer y beber. Yo siempre cuento que cuando me sentaba en la mesa de la casa de mi abuelo si no había pan y vino no se comía, no es como ahora que vas a un restaurante, y me preguntan ¿quiere pan? ¡No me lo preguntes! Se come. Y si hay pan, hay vino. Son la misma cosa”.


“No busco la perfección en un vino, sino el origen”

“Cuando hablamos de trabajar desde el producto en gastronomía, la idea es que te pase lo mismo con el vino. Intentar encontrar el origen. Por ejemplo, acá en Perú uno prueba una papa y sabe de dónde viene. Lo mismo debe pasar en el vino. Que pruebes una botella y digas, ¡esto viene del Valle de Uco! Lo que tenemos que lograr con el vino argentino es que sea un sabor adquirido por cualquier persona en el mundo. Por eso yo no busco la perfección en un vino, sino que hable de su origen”.


El vino: sucesión de “pequeños milagros”

“Siempre hay que pensar que el hecho de que llegue un vino a una góndola o a un restaurante es una sucesión infinita de pequeños milagros. Infinidad de cosas que pasan. Desde la botella que llegue a tiempo para poder llenar el vino, que esté bien el tapón, los permisos, la aduana, los contenedores. Hay muchas personas involucradas y eso es lo que hace al vino distinto de cualquier otra cosa. El mundo del vino es una forma de vida. Eso es lo que intentamos transmitir, difundir, que eso llegue a su boca, que le provoque felicidad. Nos debemos a esa persona. Para eso asumimos una forma de vida”.



Por Margite Torres P.


E-COMMERCE EL POZITO

Suscribete a nuestro newsletter

[email-subscribers-form id=”1″]

También te gustaría leer

Anuncio
Sommelier busca inspirarte con sus contenidos a vivir lo mejor que te brinda la vida. Inspírate con sus entrevistas y reportajes a personajes y lugares del mundo del vino y la gastronomía local e internacional, así como crónicas de viaje, y las últimas tendencias de los placeres que nos regala la vida. Sommelier también es aprender, buscamos guiar y recomendar. Juntos disfrutaremos mejor aquello que más nos gusta.

Copyright © 2020 Revista Sommelier.
RUC: 20608543083 SOMMELIER VINOS & MAS S.A.C

Av. Álvarez Calderón 107, San Isidro
Correo: publicidad@sommelier.com.pe