Rodolfo ‘Opi ‘ Sadler lidera La Mascota Vineyards, la bodega de alta gama que se alzó con el título del Mejor Tinto en el prestigioso concurso Vinalies Internationales 2018 en Francia, gracias a su Mascota Carbernet Sauvignon 2016. Después de una larga carrera en el rubro vitivinícola, surgió la oportunidad de hacer sus propios vinos en los que tendría toda la libertad para contar su historia. Así nacen los vinos de La Mascota. Opi estuvo de paso por Lima para deleitarnos con esa impronta personal que caracteriza a sus creaciones y para transmitirnos sus ganas por lograr que éstas se conviertan en la de todos los días de los peruanos. Y es que sus vinos son muy fáciles de tomar, elegantes, pero sobre todo cercanos. Narran los mejores recuerdos de su vida, los que emocionan y los que hacen que volvamos por ellos una y otra vez.

La de Rodolfo, “Opi” (diminutivo de abuelo en alemán), Sadler es una apuesta por lo original, por vinos de autor que hablan de sus experiencias, de las que lo marcaron, y en cierta parte, de la historia del vino argentino. Opi pertenece a la tercera de tres generaciones de productores de vino. Su abuelo nació en Sadleri, un pequeño pueblo montañoso al norte de Italia donde trabajaba plantando viñedos, y como miles de otros europeos, llegó a Argentina en la década de 1890. Buscó la montaña como en su tierra y así llegó a Mendoza, para cuando nace el padre de Opi, su abuelo había adquirido su propio viñedo y construido una pequeña bodega. Así continua la historia de esta familia donde el vino siempre fue protagonista.

La Mascota Vineyards abre un nuevo capítulo en la vida de Opi. Acá elabora sus propias creaciones, fruto del amor por el terruño que heredó de su familia, de años de cosechas y experiencia. Él mismo dice que hacer estos vinos es un viaje por el camino de los recuerdos, como el de la antigua bodega en la casa de su padre y la de los murciélagos volando por ahí. En sus propias palabras: “Estos vinos resumen mi historia, tienen mi impronta personal y son un testimonio de la historia de mi vida “.

“Lo que cada enólogo quiere expresar es una identidad propia. Si bien las modas van cambiando y van surgiendo nuevos varietales, así como nuevas formas de hacer los vinos y nuevos gustos, nosotros buscamos mostrar una identidad donde resalten las características propias de un lugar y todo el potencial de una variedad. Eso se logra trabajando en el viñedo, con los tiempos perfectos en las cosechas”. Afirma Opi.

“A mí me gusta hacer vinos fáciles de tomar, amables, redondos, con taninos maduros, siempre elegantes y eso te lo entrega la uva. Se trata de elegir el momento exacto de la cosecha. Porque si te pasas aparece la sobre madurez, y si te adelantas aparecen taninos un poco verdes. Por eso lo que más me gusta es estar muy cerca del viñedo, para determinar el momento justo en que hay que cosechar la uva. No hay ninguna otra magia”.

“Cuando era muy joven, recuerdo que mi familia guardaba los vinos en una bodega oscura con una pequeña ventana. Yo, como era el más pequeño, me metía por ahí y una nube de murciélagos volaba sobre mi cabeza”. De ahí que estos animales voladores sean los actores principales de las etiquetas de la mayoría de sus vinos.

“Para nosotros es más fácil hacer Malbec porque naturalmente da características espectaculares, son los mejores que hay; el desafío está en trabajar con otras variedades y competir en el mundo. En el caso del Cabernet que ahora empieza a resurgir y a dar muy buenos vinos. Fue, es y será el rey de los varietales tintos”.

Gran Mascota Malbec

Proviene de Pampa El Cepillo, una de las zonas más al sur de valle de Uco, que aporta gran complejidad aromática a los vinos. Los viñedos están expuestos a vientos australes muy fríos; se registran las temperaturas mínimas más bajas del valle. En términos generales, y siguiendo el caso del Malbec como ejemplo, es una zona de intensidad aromática, fruta negra y roja, gran frescura y paladar de taninos firmes. Así es como aparece frente a nosotros uno de los mejores Malbec que hayamos probado. El Gran Mascota Malbec. Se volvió muy especial, aparecieron aromas a fruta fresca, no tan negra, más arándanos, moras y ciruelas.

Por Margite Torres P.