Soledad Marroquín M.

Luego de tiempo visitamos la bodega Trapiche y para nuestra sorpresa encontramos Espacio Trapiche, su propio restaurante destinado al disfrute total.

Los vinos de esta tradicional bodega mendocina, ubicada en Maipú y liderada por el reconocido enólogo Daniel Pi, tienen una larga presencia en el mercado y paladares peruanos. Trapiche ha sido reconocida una vez más como la Marca Argentina Más Admirada del Mundo por la prestigiosa revista inglesa Drink International en su edición 2019. Ocupando la posición #42 del top 50 de los World´s Most Admired Wine Brands. Así se convierte en la única bodega argentina en haber recibido este premio por quinta vez.

Parte de su éxito es continuar en la búsqueda e investigación por ofrecer una diversidad de vinos para todos los gustos y opciones, provenientes de los viñedos propios cultivados en 1200 hectáreas en distintos valles y de la relación con 300 agricultores viñateros. Se distinguen dos tipos de vinos claramente delimitados por su geografía diferente, aquellos llamados de montaña ubicados en Mendoza: Maipú, Luján de Cuyo, Gualtallary y los vinos de costa, ubicados en Chapadmalal, apenas a 6km del mar de donde sale la línea Costa&Pampa.

Aunque aún no llega a Perú su Puro Rosé a base de Sangiovese y Syrah, pueden disfrutar sus otras líneas como Astica, Fond de Cave, Medalla, Reserva, Broquel y su icono Iscay, un interesante blend a base de Cabernet Franc.

Una sugerencia para cuando hagan la visita es primero conocer la bodega seguido de la degustación de vinos, luego almorzar y finalmente pasear por el museo que funciona en el hermoso y antiguo local que albergó inicialmente la bodega.

Espacio Trapiche

Las instalaciones del restaurante están estratégicamente ubicadas mirando el frontis del edificio que data de 1912, de estilo renacentista, que albergó originalmente la bodega y que hoy es un hermoso museo que pueden visitar. Las paredes, en su mayoría, son grandes mamparas de vidrio que permiten disfrutar la vista con los viñedos, huerto y zonas verdes que lo rodean.

La sala comedor es espaciosa, con mesas grandes de madera para el display de varias copas. En el sótano, y con un tragaluz que permite dar un vistazo al comedor, está ubicada la cava que tiene capacidad para 5000 botellas, administrada por el prestigioso sommelier Rodrigo Kohn quien nos atendió de manera cálida y amena, como suele ser él, durante nuestra visita.

La cocina es muy buena y está a cargo del chef Lucas Busto, quien cumple con uno de los sueños de todo cocinero que es tener su propia huerta de donde salen los insumos con los que prepara los diversos platos que deleitan al visitante. Zapallos y calabazas, tomates, pimientos de todos los colores, papas, aceitunas, hierbas aromáticas frescas y fragantes que crecen a unos pasos de la cocina. Así el restaurante cumple con su filosofía de Km 0 que busca la menor distancia posible entre el plato y el origen del producto.

La carta por lo mismo no es estática, sino que responde a la estacionalidad de los productos. No faltan los cortes de carnes de distintos tipos -el fuerte de la gastronomía argentina- res, ternera, cerdo, chivito, preparados en distintas formas de cocción. No dejen de probar las empanadas, que en cada viaje redescubro con distintos estilos de masa y diversos rellenos. Los vegetarianos pueden sentirse tranquilos pues existen opciones para ellos con productos frescos que vienen del huerto. No por gusto la calidad de Espacio Trapiche ya ha logrado reconocimientos, incluso de la Guía Michelin que la menciona en su sección Michelin Voyage.

Los amantes del vino pueden estar de enhorabuena con el menú degustación que se acompaña con diversos vinos de la bodega, el maridaje se elabora de manera conjunta entre el chef Lucas y el sommelier Rodrigo y les aseguro que es una gratísima experiencia.

Con un ambiente así la experiencia gastronómica es total, pues los sentidos disfrutan de los sabores de la comida y el vino, con una vista singular.